Con un bizcochuelo y un cubierto clavado en el centro del mismo. Allí lo dejó y me vuelvo a la ventana. Está lloviendo y la claridad hace a la lluvia aún más hermosa y a las personas que corren de la misma aún más ridículas. Las lágrimas no caen, pero la cabeza vuela (estoy perdiendo en esta guerra contra mi).
La ciudad está bajo lágrimas, más allá de cuántos seamos los que estamos sonriendo, más allá de que te guste o no. No voy a contar una historia ni voy a narrar un cuento. No voy a decirte nada que no sepas, querido rayo.de.plutón. Sos mi historia a través del tiempo y soy tu personaje preferido a la hora de escribir. Perdiste y ganaste amigos y me sentiste en cada oración, en cada situación, en cada anécdota (inestable y caprichosa, y era triste como mi ciudad).
Así estamos (y yo que te di todas mis noches a vos, sin lamentos ni reproches).
Yo creo que el olvido es una fantasía, rayito. Y como un rayo están pasando los rostros por mi mente. Es cuando me doy cuenta que necesito, deseo y busco volar. Y acto seguido, vuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario