Tormentas en sus ojos, dos vidas ordinarias, incontables caminos, infinitas palabras. Más de diez canciones, pero menos de veinte y un poema que le escribió en pleno invierno.
Mañana prometí ir a visitar aquel árbol, ahora con flores blancas y algo de rosado en su interior. Nunca hablamos de los colores, ni de las plantas. Me faltó preguntarte muchas cosas y decirte otras tantas.
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